domingo, 13 de noviembre de 2011

FALDEO DE LOS ALAYOS (POR LA CARA NORTE)

Punto en el camino aquí, después de efectuar el "Faldeo de los Alayos" propiamente dicho, con la que abro la presente y circular, mientras que le echamos esa ojeada a esta orla calizo-dolomítica de Sierra Nevada desde esta margen ahora de la cuenca-valle del río Dílar. Principalmente para afirmar que andamos sobre/bajo el otoño.¡ Que ya era hora !
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 Plano de la ruta
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 Perfil y altimetría de la ruta
(Para descargar el track de la ruta, pinchad en el enlace habilitado al final de la entrada)

 Y por aquí que damos comienzo hoy con la que nos ocupa, la del "Faldeo de los Alayos" arrancando desde este paraje de la Fuente del Hervidero. Estanque aquí que vemos contiguo a este estupendo manantial, como acopio y provecho de estas aguas.
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 Paraje de la Fuente del Hervidero en donde se encuentra el Cortijo Macareno, con ese estupendo merendero como uso último.
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 Y con el rey de la media montaña granadina, El Trevenque, dominando estas tierras serranas
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 Que damos comienzo con la ruta que hoy nos ocupa, sobre las 9:25 h.para más señas
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 Dejando enseguida atrás la Fuente del Hervidero y el Cortijo Macareno con esas tierras de labor tan destacadas en colorido.
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Y con todo este acopio de madera a un lado y otro del camino de acceso al Collado Sevilla; con toda seguridad provenientes de los trabajos de deforestación y aclarado de esta zona
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Collado Sevilla en donde se halla este estupendo mirador natural, el de los Alayos o del Canal de la Espartera. Por allá al fondo tenemos nuetro objetivo de hoy, ese faldeo por la cara norte de esta "orla carbonatada" de Sierra Nevada. Destacando aquí, como telón de fondo, los imponentes Alayos y su típico cresterío conocido como relieve "ruiniforme", llamado así porque se asemeja a antiguas construcciones en ruinas, formando crestas con muchas aristas. Como consecuencia a que existen zonas en que la dolomía es más compacta y resiste diferencialmente más a la erosión, formándose resaltes rocosos entre otras dolomías más trituradas. 
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Pero continuemos con nuestros pies y paso sobre la tierra más cercana y plana...Cortijo Sevilla que vemos a la derecha y hasta el que nos acercamos
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Bajando por este carril primeramente; el que parte junto al cortijo; y que no anda en muy buen estado que digamos.
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Y...mira tú por dónde, con este pequeño rebaño de montesas por aquí  y ahora
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Carril que nos va descendiendo, tras la curva va y viene del camino, hasta aquella pequeña caseta de electricidad.
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Pasando junto a la caseta misma
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Y de donde vemos que sale este pequeño salto de agua
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Llegando, por aquí y ahora, a la primera de las barranqueras arenosas a salvar del camino
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Con la típica floración otoñal de por aquí y a la vista, y correspondiente esta variedad de brezo, familia de las Ericaceae
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Y con la instantánea como prueba del afianzamiento...
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Valle del Dílar que vemos que desciende por aquí hacia la angostura que forma, por allá abajo, la Boca de la Pescá.A la izquierda de la fotografía podemos ver la serpenteante y empinada vereda que debemos de tomar, después de que crucemos el río; así como ese paso por los Atalayones señalado.
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 Pero antes, que por aquí seguimos...con este pequeño cerrete que rodear...
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Porque la "cuestecilla" ya se ve cómo se las gastaba, lo dicho...Que casi que había que agarrarse a la arena. Por allá abajo ya se oye el río Dílar como esperándonos
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Y tras salvar este fuerte desnivel...
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Río Dílar hasta el que nos vamos acercando...
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Debiendo de girar a la derecha, en cuanto ponemos pie sobre su margen derecha; para caminar, aguas abajo, mientras buscamos el mejor sitio para cruzarlo
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Punto que hacemos justo aquí, en este claro de la vegetación de ribera
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Y a cruzar el río Dílar se ha dicho: unos calzados con bolsas-sacos de plástico; otros a la vieja usanza, de salto en mata, o séase, de piedra en piedra; y el resto, con los pies al más puro estilo nudista.
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Vamos primo, que si todo esto fuera vino...

Y ya sin bromas, que sí que sí, que todo era cuesta arriba...
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Y lo dicho, sube que te cuesta, cuesta que te sube...Hacia Los Atalayones que nos dirigimos primerante
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...Mientras vamos ganando altura y respirando del verde oxígeno...
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Y con algún que otro obstáculo en el camino a salvar. Pero que, en estos casos, y sin perder el suelo de vista, que sin problemas, vamos!
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Y por allá enfrente que vemos el camino de bajada, ya casi a la misma altura del Cortijo Sevilla-Mirador de los Alayos
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Y aquí con esta agradecida, de momento, nivelación del terreno sobre el sendero de los pasos
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Llegando hasta esta otra plataforma-mirador, ahora a nuestra derecha y algo más rocosa.
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Haciendo aquí el primer alto en el camino para ese primer avituallamiento del día
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Con estas estupendas vistas hacia la Silleta del Padul, valle del Dílar, y con la Central Eléctrica Nuestra Señora de las Angustias  por allá abajo
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Y con esta curiosa vista desde aquí de la Boca de la Pescá; justo la opuesta-contraria a la que estamos acostumbrados a ver desde Granada y cercanías; por ese cambio tan destacable en su silueta cumbrera y la caída tan espectacular hacia el río Dílar.
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Sendero que proseguimos con ese rodeo a Cerro Hueco
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Llegando hasta este otro pequeño mirador y con el Trevenque como telón de fondo
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Rodeo a Cerro Hueco por el que seguimos y en sentido contrario a las agujas del reloj...
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...Y seguimos, y seguimos...Algunos pasos por el senderillo de lo más arenoso dolomítico como vemos...
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Llegando al primer cruce de caminos: A la derecha iríamos a Dílar, vía Picacho Alto, o al Corazón de la Sandía si nos apetece; a la izquierda,  por el que nosotros seguimos, hacia el faldeo de los Alayos, nuestro objetivo.
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Y por allá que vemos a los últimos de los nuestros...
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¡Así que, a esperarlos qu toca!. Máxima altura de la ruta de hoy, acá por los 1.571 m.a, tras 3 h. y 20' desde el comienzo de la marcha, y en donde nos encontramos para más señas mientras tanto. A nuestra izquierda, queda ya Cerro Hueco (1.609 m.a.) totalmente rodeado, quedando el resto para el vacío más inmediato.
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Y con estas vistas de altura ahora del Cerro Huenes, Tamboril y del Pico de la Carne
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Empezando, por aquí y ahora, propiamente dicho el Faldeo de los Alayos
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Faldeo de los Alayos que hacemos por ésta, su cara Norte hoy
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Con mucho cuidado, eso sí, por el terreno tan arenoso por donde se pisa; y en especial por ese derrumbe del sendero a consecuencia de las lluvias
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Y así la vereda, que ya va llaneando por algunos momentos...Allá al fondo, a la izquierda, sobre aquella zona blanquecina, restos de una antigua explotación minera, vemos el Puntal de los Mecheros; y, a la derecha de éste, parte del robledal existente, el ubicado por debajo de la Loma de Peñamadura, en la llamada Dehesa de Dílar.
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Llegando a esos otros puntos en los que se nos van descubriendo los barrancos a salvar tras la curva del camino
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Por aquí y ahora, con vistas en altura del Corazón de la Sandía; y de esa, su curiosa "chimenea"
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Otra pequeña parada para reagruparnos...
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...Echarnos unas risas (porque no iba a ser todo sudor y lágrimas), jajaja...¡Que es broma!
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¡Y a seguir con el faldeo de los Alayos...! Por allá al fondo, ya vamos viendo el semicírculo que forma el camino en este tramo de la ruta, el más faldero propiamente dicho.
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Cresterío de su cara Norte que por aquí es todo un espectáculo; y más, geológicamente hablando.
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Y con otro más de los galachos o barranqueras formadas por el agua de lluvia a salvar; con especial cuidado en ésta, en la que tuvimos que agarrarnos a las raices de un pino para asegurarnos, por si acaso.
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Y sin prisa pero con alguna que otra pausa, que vamos dejando atrás una tras otra.
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Por aquí, piedra bajo pidra,  y en esta última y pesada subida del faldeo...
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Frutos de otoño que por aquí vemos de la Gayuba o uva de oso; Arctostaphylos uva-ursi para más señas. Planta rastrera que por aqui abunda en forma de arbusto y perteneciente a la familia de las ericáceas.
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Y aquí, con otra pequeña parada para reagruparnos, tras 4 h. y 28' desde el comienzo de los pasos, mientras tomábamos la decisión de si comíamos ya, o bien lo dejábamos para más adelante. Pues que en la Toma del Canal, que lo haríamos.  
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Y, a partir de aquí, pues con ese relajamiento muscular que ofrecía el trayecto, ahora un poco más nivelados.
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Llegando a la Cuesta del Pino (tras 4h. y 42') y nuevo cruce de caminos: para arriba, todo seguido, hacia el Collado del mismo nombre; pero nosotros, a la izquierda, todo para abajo, en busca del río Dílar de nuevo...
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Encontrándonos por aquí y ahora con la primeras muestras de la micología otoñal de la temporada
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Y así que llegamos al río Dílar. Y ahora a cruzarlo de nuevo: unos por estos largos y gruesos troncos de árboles...
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...Otros, pues que a calzarse y/o a desnudarse de nuevo los pies
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Y por aquí, a la otra margen ya del río Dílar, la derecha ahora, pues que vamos llegando todos y sin problemas
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Haciendo aquí, junto a la Toma del Canal de las Espartera, tras 5 horas de marcha, la obligada parada para tomarnos ese bocata que nos sabe a gloria serrana. Y mejor con acompañamiento, bota de vino en mano. ¡Todo un gustazo el haberla cargado, vamos! 
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Y trás la media hora que le dedicamos al avituallamiento, Cámara de bombeo del Canal de la Espartera de la que nos despedimos y hasta otra, después del agradable parón para el bocate de una media hora aproximadamente.
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Tomando desde aquí y ahora el sendero de la izquierda debidamente señalizado, catalogado como de Pequeño Recorrido, con los colores blanco y amarillo, y con dirección al Collado Sevilla. El camino más ancho, el que vemos justo al frente, nos subiría hacia el Refugio Rosales.
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Y con el ganado que por aquí también andaba y de lo más suelto
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Sendero que nos lleva por esta margen ahora y de nuevo del Valle del Río Dílar y que desde aquí contemplamos tan angosto...
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Caminando entre el otoño, y nunca mejor dicho. Ruta que se recomienda para esta época del año
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Y por aquí que volvemos al verde pino
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Llegando al cruce del sendero con el carril que sube hacia el Refugio Rosales. Pero nosotros, todo de frente y seguido...
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Señales de este sendero de Pequeño Recorrido que por aquí vemos
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Y con este contraluz ahora de por donde hemos venido faldeando...
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Cara norte de los Alayos que hoy estaban con este verde alfombrilla
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Y más de las señales del sendero
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Llegando hasta este otro cruce de caminos: el de la izquierda, hacia abajo, nos llevaría de nuevo al río Dílar; pero nosotros, todo de frente, que seguimos hacia delante...
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Y con ésta, con la que abría la presente, pues que el otoño en su estado puro. Y por allá arriba que andan los Alayos, sí señor.
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Ejemplares de cornicabra o terebinto ( Pistacia terebinthus ) que por este tramo del camino abundaban. Arbusto de gran porte de hoja caduca y algo mayor que su pariente, el lentisco; pero éste de hoja perenne.
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Zona de cornicabras por la que pasamos en un abrir y cerrar de ojos
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Vegetación que por aquí también como que invadía el sendero del caminar
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Y otra mirada atrás al Valle del río Dílar
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Y por allá abajo, sobre el barranco de Juana Benítez, que sonaba la cascada, la que visitamos a primeros de septiembre pasado...
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Y tirando de objetivo, pues que, voilà !
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Encarrilándonos ahora hacia el Barranco del Búho
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Barranco del Búho por el que pasamos, tras 6 h.y 15 m. desde el inicio de la ruta.
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Y Barranco del Búho que dejamos atrás
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Y con otra más para el recuerdo.
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Y por aquí que volvemos a ese paso del caminar y de lo más dolomítico...
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Y a esto es a lo que le llaman "blanquizares". Prohibido mirarlos con el sol del verano.
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Relieve de lo más característico de estos alrededores, el formado por estas dolomías, y por el que vamos dando nuestros últimos pasos
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Llegando de nuevo al Cortijo Sevilla
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Y con los últimos pasos de la cuesta...
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...Que vamos llegando al Collado Sevilla
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Con esta última mirada al Cerro del Caballo
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Pues que, sobre el Collado Sevilla que nos encontramos, más justamente sobre el Mirador de los Alayos. Justo detrás, debajo de nuestros pies, sobre este embovedado, discurren las aguas del Canal de la Espartera; las que alimentan la Central Eléctrica de Dílar.

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Y ya, casi terminando, a la Fuente del Hervidero que vamos bajando. Al final, tras 7 horas desde el inicio de la marcha, desde por allí abajo, junto al Cortijo Macareno y su merendero. Al mismo que le vamos echando el ojo. Eso sí, sólo un café o refresco para los que tenemos que conducir; y el resto, a discreción, ya se sabe.
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Y con ésta, estampa otoñal de por aquí arriba, que me despido. ¡Un saludo y hasta la próxima!
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FALDEO DE LOS ALAYOS (POR LA CARA NORTE)
<->
Para realizar esta ruta nos acercamos con nuestros coches particulares desde Granada hasta la Zubia; subimos hasta Cumbres Verdes y continuamos hasta la Fuente del Hervidero (1.259 m.a.). Zona ésta en donde se encuentra el Cortijo Macareno, con ese merendero tan popularmente frecuentado, sobre todo en esos días de agradecido sol otoñal-invernal y/o de los auténticos-genuinos de primavera.
Dejamos aquí los coches estacionados y subimos en un abrir y cerrar de ojos hasta el Mirador del Canal de la Espartera o de los Alayos (1.358 m.a.). Palabra ésta, la de Alayos, que deriva de Galayos como aclaratoria del cresterío que ya tenemos delante de nuestros ojos.
Iniciando la bajada, aquí y ahora,  hacia el río Dílar por el Cortijo Sevilla. Descenso que primeramente hacemos por un carril en mal estado, y que nos lleva hasta una caseta de electricidad, de donde sale un buen brazo de agua formando una pequeña pero vistosa cascada. Para, a partir de aquí, y atravesando antes una serie de antiguas paradas de  labor, tomar un senderillo de lo más arenoso y resbaladizo que atraviesa primeramente una barranquera y después rodea un pequeño montículo o cerrete completamente desprovisto de vegetación. Así que, y por la cuenta que nos trae, muchísimo cuidado con este último desnivel.
Tras ese "casi aterrizaje", ya en "arenas menos peligrosas", llegamos hasta una explanada con bastante vegetación, de la casi como que estorba al paso, como consecuencia de la pérdida del sendero. Aquí tenemos dos opciones: bien bajar en picado los últimos metros hasta el nivel del río, por el senderillo de los de "a plomo" y que hallaremos justo al frente;  o bien darle un pequeño rodeo al camino, primeramente girando a nuestra izquierda y después a la derecha, bajando por la margen derecha del cauce, salvando así este pequeño desnivel sin problemas. 
Para, en ambos casos, llegar junto al río Dílar (1.072 m.a.), y seguir la vereda ahora con la que nos topamos hacia la derecha, unos cien metros aproximadamente, hasta encontrarnos con el paso más apropiado para cruzarlo: un lugar bastante aclarado, despejado de zarzas y arbustos de ribera. Y tal y como iba el Dílar, pues que unos lo salvamos a la vieja usanza: de salto en mata; aquí estaba claro, que de piedra en piedra, y no tan claro porque en algunos casos había que adivinarlas con todo lo que conlleva; otros: con bolsas-sacos de plástico en los pies; y el resto: al más puro estilo nudista; o séase, con la piel de los pies al aire. Para, una vez situados ya en la otra margen, la izquierda del río, buscar la zigzagueante vereda que encontramos unos metros hacia la derecha-de frente; bastante pendiente por cierto, y que sube por esta parte o cara de Cerro Hueco. Comenzando la subida a través de un pinar que se va espesando en ciertos momentos. 
Vereda ahora, sin prisa y con alguna que otra pausa para el respiro, por la que marchamos; pasando y dejando atrás primeramente los Atalayones. Y, así, cuesta que te sube, sube que te cuesta, que vamos salvando este desnivel, el más acentuado del día. Llegando a la misma altura-nivel del mirador de los Alayos, tras unas dos horas desde el inicio de la marcha, allá por la Fuente del Hervidero.
Continuamos subiendo. Dejamos atrás una pequeña plataforma despoblada de pinos, a nuestra mano izquierda, sobre el camino de la marcha,  y con unas estupendas vistas hacia el valle del Dílar, aguas arriba; las del Trevenque asomando; las del estupendo robledal a esta cara de la Loma de Peña Madura, y las del Veleta con esa gran cicatriz del telesilla.
Proseguimos la marcha, mientras el camino se va suavizando un poco, y en otra pequeña plataforma, ahora rocosa y a nuestra mano derecha. Por allá abajo, ya vemos la Central Eléctrica de Nuestra Señora de las Angustias (la de Dílar más conocida popularmente); la Boca de la Pescá y la Silleta del Padul, allá sobre el horizonte más cercano. Haciendo por aquí y ahora un alto para tomarnos ese primer refrigerio. Andamos por los 1.320 m.a. para ser algo más exactos.
Proseguimos la marcha y nos adentramos en una mancha más espesa de pinar. Otro tramo más de subida y continuamos por la vereda del camino; mientras vamos rodeando Cerro Hueco en sentido contrario a las aguas del reloj, y  el pinar se va aclarando;  restregándonos materialmente con  los arbustos que van invadiendo la vereda: jaras, enebros, retamas, etc.etc. Y no digamos del conjunto de las aromáticas; destacando entre ellas el romero, la salvia y el tomillo; así como un importante grupo de arbustos rastreros. Sirva como ejemplo, la gayuba o uva de oso ( Arctostaphylos uva-ursi (L.) Spreng ) y que por aquí hoy comprobamos que abunda entre el pedregal dolomítico.
Vegetación que se aferra al terreno arenoso; y que sobrevive en estas tierras dolomíticas, ricas en carbonatos de calcio y magnesio. Vida que contrasta con el aspecto que pueda ocasionar a primera vista y/o desde lejos, la de la desnudez de estas tierras serranas, y que anda repartida entre su afilado cresterío (el que le da ese aspecto casi alpino a los Alayos), colinas acarcavadas, y el sin fin de barranqueras y ramblas de un blanquecino casi cegador; de aquí el sobrenombre, y más que ganado,  de estos parajes y paisajes dolomíticos de "blanquizares". Vida vegetal que por aquí se aferra, y que sobrevive gracias a su adaptación también en forma de matorral rastrero-xerófilo, ganándole la batalla a este suelo fácilmente erosionable; que, con el añadido de las fuertes oscilaciones térmicas a lo largo del año, hacen de esta vegetación todo un interesante referente.
Pero sigamos con el camino de los pasos...Dejamos atrás el cruce con la llamada Cañada de la Selva, allá sobre la cota de los 1.460 m.a. y tras una pronunciada curva a la derecha; empalmamos con el sendero que sube por el Barranco de Rambla Seca, hasta llegar, a las 3 horas desde el inicio de la marcha, a un cruce de caminos (1.474 m.a.). Tomamos el de la izquierda, que  nos lleva por la senda propiamente dicha del "Faldeo de los Alayos" (indicar que el camino de la derecha va hacia Dílar, vía Picacho Alto; o hacia el Corazón de la Sandía, en la otra opción y cresteando); volviéndonos a cruzar, al poco, con la Cañada de la Selva. Llegando, en un último empujón,  al punto más elevado de la ruta  (1.571 m.a.), tras 3 horas y 20 minutos desde el inicio. 
Dominio desde aquí, que ahora tenemos, a nuestra mano izquierda, de la inmensa mole que hemos rodeado, la de Cerro Hueco (1.609 m.a.); y cómo no, vistas y mejores que en la anterior y pequeña plataforma que dejamos atrás, a la izquierda del camino, del valle-cuenca del río Dílar; del Cerro Huenes, Tamboril, Pico de la Carne, Trevenque, Refugio Rosales, y de la zona de la Toma del Canal la Espartera y altas cumbres de Sierra Nevada. Punto en donde hacemos otra parada para reagruparnos; caminando a partir de aquí, por una vereda que discurre por la cara norte de los Alayos; bajo el Corazón de la Sandía como referencia.
Vereda que tiene un poco de todo: tramos llanos, subidas y bajadas, y algunos barrancos de importancia a salvar como el de Juana Benítez  (1.460 m.a.), pero en general fácil de llevarla. Pero eso sí, con algún que otro punto complicado; sobre todo el de los cruces por los galachos o barranqueras formados por las lluvias; y ese último reprechón cerrando el semicírculo de este tramo más faldero-serrano del camino.
Camino y pasos que, poco a poco, nos va mostrando por allá al fondo las últimas crestas de los Alayos: El Castillejo-Los Castillejos o Pico de la Virgen; así como una vista poco habitual del Veleta, cerrando con la del Cerro del Caballo como el último de los tres miles, el más occidental de Sierra Nevada, hoy por hoy completamente nevado. Adentrándonos nuevamente en una zona de más vegetación, con ese otro nuevo pinar a la vista y cruce de caminos terminando en la llamada Cuesta del Pino (1.485 m.a.), tras 4 h. y 42 m. desde que comenzáramos la caminata.
Cuesta que sube a la derecha hacia el collado del mismo nombre; pero girando nosotros, por aquí y ahora, a la izquierda para descender hasta la Toma del Canal de la Espartera (1.360 m.a.); eso sí, cruzando el río Dílar antes por unos troncos de madera; al más "estilo nudista"; o, como en el cruce anterior, piedra sobre piedra de nuevo. Haciendo aquí, junto a la cámara de bombeo del Canal, la mejor parada del día:  la del bocata y que nos sabe a gloria serrana . Habiendo tardado hasta aquí, desde el inicio de la ruta, 5 horas como referencia.
Camino de regreso que hacemos primeramente casi pegados y paralelos al río Dílar, por el sendero de Pequeño Recorrido (colores amarillo y blanco) debidamente señalizado, para ir alejándonos poco a poco del río mientras vamos ascendiendo con ese desvío a la derecha primeramente, y después con otro tramo de bajada, que llegamos al cruce con el carril de nuevo que sube hacia el Refugio Rosales (1.320 m.a.). Para después, todo seguido, ya llaneando, ya cuesta abajo, ya cuesta arriba, y sin cruces de caminos que nos salgan al paso, poner rumbo hacia el Barranco del Búho (1.283 m.a.), tras 6 h.y 15 m.desde el inicio de la ruta.
Llegando de nuevo, tras nuestros últimos pasos por estas tierras arenoso-dolomíticas, junto al Cortijo Sevilla (1.342 m.a.), al mirador del Canal de la Espartera o de los Alayos (1.358 m.a.); y al poco, al Cortijo Macareno-paraje de la Fuente del Hervidero.
En donde terminamos con esa reposición de líquidos y sales minerales perdidas; tras 7 horas desde el inicio, aquí mismo, de la marcha.
Como siempre aquí os dejo con estas cuantas instantáneas como prueba y muestra de nuestros pasos. Un saludo y hasta la próxima !
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DATOS BÁSICOS DE LA RUTA
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- Itinerario: Fuente del Hervidero (Cortijo Macareno) - Mirador del Canal de la Espartera o de los Alayos, Cortijo Sevilla, río Dílar, Los Atalayones, rodeo a Cerro Hueco, "faldeo de los Alayos" propiamente dicho por su cara norte, Cuesta del Pino, río Dílar, Toma del Canal de la Espartera, cruce con el carril que sube al Refugio Rosales, Barranco del Búho, Cortijo Sevilla, Collado Sevilla - Mirador del Canal de la Espartera o de los Alayos, Cortijo Macareno - Fuente del Hervidero.
- Distancia del recorrido: 16,3 Km.
- Desnivel:  Ver perfil y altimetría de la ruta
- Dificultad: Media-alta
- Duración:  7 horas, con descansos incluidos;  6 horas, sin descansos
- Tipo de recorrido: circular
- Participantes:  34 socios y amigos de nuestro Club de Senderismo El Bastón
- Agua: Fuente del Hervidero y en los dos cruces del río Dílar 
- Otra ruta anterior de faldeo por esta zona:  pinchad aquí para --> ver

                                                                   Descargar el track de la ruta 

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